
La guerra en Ucrania y las interrupciones en la cadena de suministros, sumados a los efectos de la pandemia del COVID-19 y a los impactos del cambio climático, han puesto al mundo en una grave crisis alimentaria cuyo impacto será aún mayor en los refugiados y a las comunidades pobres.
Hay soluciones para erradicar esta injusticia y, como discípulos misioneros, estamos llamados a ser parte de la solución. ¡Este es el momento de actuar!
Tu generosidad nos ayuda a seguir proporcionando alimentos y acceso a servicios básicos, y a implementar proyectos innovadores que ayuden a que nadie en el mundo vuelva a pasar hambre.
Trabajemos unidos por un mundo donde todas las familias y comunidades tengan acceso a alimentos nutritivos para desarrollarse plenamente.
Responde a este llamado y haz una donación hoy mismo.